Por ello aunque los plantones son muy pequeños he decidido trasplantar los primeros 10 a su lugar definitivo. Ahora que ya no hay peligro de heladas y aunque las temperaturas nocturnas son bajas las diurnas están siendo cercanas a los 20ºC con un sol que calienta la tierra cada día.
Lo único que las raíces son todavía muy finas y habrá que regar para que la tierra no se seque en exceso y las plantitas de tomatera se sequen.
Estos primeros días son críticos para ver si las tomateras se acoplan a su nuevo lugar y sobreviven al ataque de insectos y caracoles a los que les encantan los brotes tiernos.
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