Las sandias es un cultivo que necesita mucho terreno,
durante todo su ciclo se extiende creciendo y tapizando el suelo, ocupa todo el
terreno y no tiene problema en trepar o superar
muros o vallados. Busca el sol y
trepa a través de tutores, arboles o cualquier
obstáculo que se encuentre en su crecimiento. De sembrarlo junto a
plantas bajas como pimientos terminarán por invadirlos y cubrirlos. Por ello
cuando planificamos el huerto hay que
buscar una zona donde puedan extenderse sin problema.
En mi caso los plante 2 matas en una zona de semisombra en el
hueco que me quedo entre la barraca de tomates y el final del bancal. Durante
todo el verano no han parado de crecer,
se encuentran muy cerca de los tomates
pero sin embargo crecen hacia el
pasillo una zona mucho más tranquila sin la competencia de los tomates, donde
reciben sol casi todo el día. Escapando de la zona vallada del huerto, aunque
no es problema ya que es una planta que no le gusta a las gallina.
Estas 2 matas permiten poder disfrutar de sandias durante
estos meses, tal vez menos de las que nos gustaría y es que aunque hay mucha
floración no todas las flores se convertirán en sandias. Hay 2 clases de flores, las flores masculinas
y las femeninas y se necesitan para la polinización. No nos piden mucho, tan solo que el riego y la
humedad no les falten, esto se consigue perfectamente con el riego por goteo
que localiza el agua en la zona de raíces y evita que el resto se llene de
hierbas. Otra de las cosas que realizo los últimos años es un acolchado de
plástico, las sandias crecen por encima de él, no salen hierbas y los frutos no están en contacto con la
tierra.
Una vez fecundada esa
flor se convertirá en una pequeña bolita que poco a poco irá creciendo hasta convertirse en una gran sandia de al
menos 1kg de peso.
Habrá que esperar a que el tallo que une la planta con la sandia comience a
secarse, entonces estará lista para su recolección.
Es una planta propensa al oídio, ya que las condiciones de humedad
que se crean durante el riego
acompañados de el fuerte calor
seco de estos días hacen un caldo de cultivo propicio para los hongos.
Si no actuamos preventivamente su ciclo se verá muy reducido
y cuando enfermen se propagará rápidamente secando sus hojas y
terminando por acabar con las matas de sandia.
De momento el azufre y el cobre han conseguido mantener a
raya los hongos y conseguir que las
sandias estén bastaste sanas. Mientras
voy viendo cómo poco a poco crecen las sandias hasta el día en que su
maduración sea la correcta para consumirlas.
Si no las recolectamos terminaran por rajarse y abrirse,
para poder dejar caer las semillas al suelo y
cumplir su ciclo.
Es uno de los cultivos que si disponemos de terreno no puede
faltar en la huerta de verano, no da casi faena y nos proveerá de postre todo
esta temporada.
Este año lo he probado triturado junto a tomates y pimientos para realizar gazpacho y la verdad es que le
da un sabor mucho más fresco.
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