De la misma familia que el ajo y la cebolla, el puerro tiene
un aroma y un sabor menos intenso. Así
como el ajo y las cebollas se utilizan mayoritariamente como condimento o complemento
el puerro se utiliza como verdura.
En el semillero ya están listos, ya tienen los 15cm de
altura y aunque su diámetro es pequeño ya necesitan más tierra para seguir
creciendo. Por ello ha llegado el momento del trasplante.
El repicado es igual que con las cebollas, se arrancan del
semillero y a raíz desnuda se clavan en la tierra manteniendo unos 30cm de
distancia entre ellos.
Ocupará el terreno unos 120 días es muy adaptable al clima y resiste tanto el frio como el calor.
Agradece la exposición a pleno sola aunque necesita bastante humedad para
crecer.
Un buen compañero para el puerro son las zanahorias (que
ahuyentan a las polillas) y también puede asociarse con fresa, apio, cebolla,
tomate, espinaca o col. En cambio hay que alejarlo de judías, guisantes, remolachas,
las acelas y lechugas.
Habrá que estar pendiente del gusano o polilla del puerro,
es una mariposa nocturna que perfora las
hojas y roen los bulbos. Se puede prevenir con decocciones de cola de caballo.
Preparo la tierra para dejarla mullida, sin hierbas y
nivelada. Repico los puerros y realizo un riego copioso para que la tierra se
compacte, pierda las bolsas de aire y tenga la humedad necesario para que las
raíces de los puerros puedan seguir creciendo. Lo hago a última hora del día
cuando el sol ya se esconde, entonces los puerros tendrán toda la noche
para acoplarse a su nuevo lugar.
Espero poder cosecharlos en agosto.
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