Se acaba noviembre y se despide con lluvia, una lluvia constante donde el pluviómetro marca ya 70lts/m. Hacia mucho que no llovía tanto.
El suelo esta llenándose de hojas, los días ya son muy cortos y las temperaturas nocturnas comienzan a bajar.
En la huerta sobreviven los cultivos que perduran del verano como las judías, berenjenas y pimientos y comparten bancal con espinacas, lechugas y cebollas y cebollas.
A las alcachofas les va muy bien un riego copioso como este y tanta lluvia sobre todo servirá para limpiar pinos y arboles grandes. Empapará una tierra que servirá para labrarla y prepararla para los próximos cultivos.
domingo, 30 de noviembre de 2014
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La lluvia cuando es calmada es maravillosa, las plantas crecen y se ponen hermosas. Un besin, feliz semana.
ResponderEliminarHola Lola! Cuando cae poco a poco se empapa la tierra sin arrastra, sin romper. Es un riego copioso que riega cada rincón del huerto, sobretodo esas plantan o esos rincones que nunca se riegan.
EliminarUn beso.
Para mi jardín de clima seco, la lluvia siempre es una bendición ¡aunque me fastidie todo el fin de semana, jaja! y como dice Lola, las plantas se ponen preciosas con esa lluvia fina y constante.
ResponderEliminarUn besito, guapa.
Hola Montse, las que disfrutamos de un huerto donde el agua no es gratis ver como cae del cielo sin parar es todo una alegría.
EliminarUn beso.