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Lo primero que llama la atención de las judías es su largo tallo que crece y crece levantándose de la tierra y buscando algún soporte o tutor para enrollarse a el. Da igual que el tutor lo coloquemos a la derecha o la izquierda, delante o detrás de la judía, el tallo terminará encontrando al tutor para trepar a través de el. Si esta lejos crecerá por encima de la tierra para terminar por encontrar el soporte por el cual crecer.
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No hace falta realizar ninguna ayuda, el solo se dirigirá hacia el tutor y comenzará a enrollarse a través de él en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Subirá a través del tutor buscando siempre la parte más alta en un movimiento circular y se irá adhiriendo al tutor lo suficientemente fuerte para evitar que el viento o la lluvia lo arranquen.
Permanecerá adherido a el durante todo su ciclo y al morir la planta será necesario arrancarla del tutor.
Con ello consigue encontrar la mejor luz y aire fresco, se aseguraran que las hierbas no les molesten y sus frutos quedaran colgados del tutor lejos de los insectos terrestres.
Graciosísima esa imagen de la judía enroscada!
ResponderEliminarUn besito, Kissy.