Este invierno en el armario de las cebollas y patatas de la cocina apareció una cebolla que se estaba comenzado a estropearse, llevaba demasiado tiempo allí y había empezado a germinar.
En un primer momento la intención fue tirarla a la basura ya que su utilización para consumo no era posible.
Pero recordé la importancia de disponer de semillas para realizar mi propio plantel de cebollino.
La cebolla no florece hasta el segundo año, por ello ese bulbo era perfecto ya que al plantarlo de nuevo en la tierra completaría su ciclo bianual.
La plante por el mes de enero y permaneció todo el invierno creciendo poco a poco, ha sido al llegar la primavera y subir las temperatuas cuando los tallos han comenzado a crecer rápidamente y han sacado flores. Es lo que se conoce como espigado.
Ahora habrá
que esperar a que la flores se abran y las semillas comiencen a ser visibles. Entonces será el momento de cortar el tallo y guardar la flor en una caja para que termine de secarse y poder coger las semillas.
martes, 11 de junio de 2013
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Ya casi listo, tendrás tu recompensa.
ResponderEliminarUn abrazo.
hola Chomp! Desde hace un año que me he planteado ir teniendo mis propias semillas.
EliminarUn abrazo.