El hueco que había dejado la palmera ( 14 octubre 09) por culpa del invasor pero hasta entonces desconocido por mi "el Picudo rojo", esta semana ha sido ocupado por una Aurea Nana o comúnmente conocida como el arbol de la vida.
Durante todo el invierno el hueco a permanecido vacío para que las raíces que quedaban de la palmera se pudriesen y la tierra se oxigenara.
Después de mucho mirar y leer sobre el arbol que mejor le vendría a este lugar la decisión quedaba en manos de dos arboles: un abeto o el árbol de la vida.
Tenían que cumplir una serie de requisitos:
Su tamaño no tenia que ser muy grande ya que al encontrarse delante del porche no quiero que le quite sol y luz.
Tiene que ser de hoja perenne ya que ya tengo suficiente faena en otoño con recoger las hojas del nogal.
Su crecimiento tiene que ser lento para que las raíces y las ramas no invadan el porche.
Thuja orientalis de la variedad aurea nana
He elegido esta variedad por que tiene un crecimiento lento en forma piramidal muy decorativo y con muy poco mantenimiento.
El tronco presenta una corteza agrietada marrón rojiza, que tiende a desprenderse con el crecimiento del ejemplar. La copa tiene poca densidad porque las ramas crecen en sentido horizontal y el follaje es de volumen reducido. Las hojas son estrechas, puntiagudas y de color verde claro.
Despide un olor afrutado agradable, que se hace patente al apretarla entre los dedos.
Con el tiempo frío presenta colores que pasan del ocre y café claro. En otoño desarrolla una tonalidad marrón en las hojas, recuperando el verdor en primavera.
domingo, 11 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Buena eleccion, ademas tiene un color muy agradable!
ResponderEliminarSaludos